Habrá sido a finales de los 80's cuando paseaba por la ciudad de México con mis padres. Viajábamos en el auto a la altura de Villa Coapa, cuando un semáforo nos hizo detener. Recuerdo ir recostado en el asiento posterior mientras jugaba con alguna figura de luchadores cuando una persona se acercó al auto con un montón de libros envueltos en papel estraza.
Mi padre le hizo señas mostrando su interés por los libros que ofrecía en venta. Supongo que el valor de estas ediciones era muy bajo por la relación entre el número de libros que cargaba y la velocidad con la que los vendían él y sus compañeros.
Mi padre decidió adquirir un par de libros y realizó la transacción a la velocidad que se acostumbra comprar y vender en los semáforos de cualquier ciudad. Yo sólo sentí emoción por conocer el contenido de aquellos ejemplares literarios que tanto habían entusiasmado a mi padre.
Los libros eran de una pasta sencilla en color marrón casi tinto, y sus hojas lucían como de papel viejo, la tipografía denotaba un contenido antiguo y recuerdo perfectamente lo mucho que me impactó la ilustración de la cabeza de Medusa ocupando dos terceras partes de la portada.
De inmediato tomé los libros y empecé a hojearlos para comenzar a descifrar su contenido. Todo dentro lucía interesante, había títulos que parecían familiares. Aquella compra había sido sin duda, una de las mejores inversiones financieras que mi padre había hecho. Por fin comprendía el significado de aquel membrete en la puerta de su oficina que rezaba: Director de Finanzas.
Estos libros formaron parte de mi niñéz, los leí una y mil veces. Con las mudanzas y cambios de domicilio, se maltrataron, se mojaron y se deshojaron, pero el tesoro que guardaban seguía ahí, acumulando valor con el paso de los años.
A mis 24 años llegó Fernanda, mi hija, a mi vida. Fue a eso de sus 8 años cuando empecé a fomentarle la lectura. compramos algunos cuentos de fácil lectura para principiantes y ahora que escribo estas líneas, me viene a la memoria su vocecita chillona y lenta, pero tierna, cuando ella me leía aquel cuento sobre una orquesta de animales de granja.
Un día, nos sentamos a leer, ella su libro y yo el mío. Estando concentrados, de pronto recordé aquella colección de dos tomos que yo atesoraba desde niño. De inmediato fui al cuarto de objetos arrumbados y removí cajas hasta que los encontré. Sentí una alegría especial de tan solo pensar que aquellas letras ahora formarían parte de la vida de Fernanda.
Así sucedió, mi hija guardo por un tiempo más aquellos libros. Recuerdo bien que cargaba uno de ellos en su mochila cuando nos tocaba estar juntos.Leíamos los cuentos de la cultura griega, los hebreos y aquellos otros de culturas orientales. Al terminar los comentábamos con emoción, ella por descubrir historias fascinantes y yo por descubrir lo fascinante de ser padre. Pasaron más años y los libros se perdieron en el tiempo.
En el 2010, Fernanda y yo recordábamos aquellas lecturas y nos dedicamos a buscarlos en internet. Fue en Mercado Libre donde encontramos un par de ellos pero su precio terminó por desalentar el entusiasmo de adquirirlos. Al final quedamos en mantener el recuerdo y las pláticas que tuvimos sobre las historias, cuentos y aventuras que contenían.
Hoy, Domingo 28 de Junio, fui con Fernanda a casa de su madre, recogeríamos su uniforme escolar para el día de mañana. Mientras me senté a esperar en la sala, observaba la pequeña biblioteca que tiene y recordé los libros de Lecturas Clásicas para Niños. Al llegar a casa me dediqué a buscarlos en internet y vaya sopresa. Los encontré dispónibles en formato digital. Jajaja! Me siento feliz y estoy seguro que también será una grata sorpresa para Fernanda, saber que podemos releer la colección completa.
Estos libros aún se encuentran disponibles a la venta en varios sitios, su valor oscila entre los $ 1,000.00 y $ 1,200.00 pesos, precio que me parece demasiado elevado por las condiciones físicas en que se ofrecen, pero seguro hay quien está interesado en adquirirlos a ese precio.
Como estoy seguro de que existen más personas admiradoras de la antología de lecturas de Vasconcelos, comparto los enlaces a los documentos PDF para su consulta en la biblioteca virtual de la Cámara de Diputados.
Lecturas Clásicas para Niños I
Lecturas Clásicas para Niños II
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